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Elección de Dios

Los elegidos de Dios son aquellos que Dios predestinó para salvación. Ellos son llamados los “elegidos” porque esa palabra denota el concepto de elección. Dios elige a aquellos que serán salvos. Estos son los elegidos de Dios.


Por qué te hizo Dios y todas las cosas?


  • Colosenses 1:16: porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de él y para él.

  • Salmos 19:1: Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento despliega la destreza de sus manos.

  • Isaías 43:7: Traigan a todo el que me reconoce como su Dios, porque yo los he creado para mi gloria. Fui yo quien los formé”.

  • Efesios 2:10: Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.

  • Mateo 22:37-38: Jesús contestó: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. 38 Este es el primer mandamiento y el más importante.

  • 1 Corintios 10:31: Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.

  • Romanos 11:36: Pues todas las cosas provienen de él y existen por su poder y son para su gloria. ¡A él sea toda la gloria por siempre! Amén.

Respuesta: Para su propia Gloria.


Condición de Hombre:


  • Jeremías 17:9: Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?

  • Efesios 2:1-3: Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. 2 Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. 3 Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.

  • Romanos 3:10-11: Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios;

  • Romanos 3:12: Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo».

  • Romanos 3:23: por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios,

  • Romanos 5:12: Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron;

  • Génesis 6:5: Y el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal.

  • 1 Corintios 2:14: Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.

  • Salmos 51:5: He aquí, yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre.

LA PRESCIENCIA DE DIOS


“Pedro, apóstol de Jesucristo; a los expatriados de la dispersión en Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos conforme al previo conocimiento de Dios Padre por la santificación del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: Gracia y paz os sean multiplicadas”. (1Ped. 1,2).


Muchas controversias ha engendrado este tema en el pasado. Pero, ¿qué verdad hay en la Santa Escritura que no haya sido tomada como ocasión de batallas teológicas y eclesiásticas?


La Deidad de Cristo, su nacimiento virginal, su muerte expiatoria, su segunda venida; la justificación del creyente por la fe, su santificación, su seguridad; la iglesia, su organización, oficiales y disciplina; el bautismo, la cena del Señor, y muchísimas otras verdades preciosas que podríamos mencionar.


Con todo, las controversias sostenidas en torno a estas no cerraron la boca de los siervos fieles a Dios. Hay dos cosas, acerca de la presciencia de Dios, que muchos ignoran: el significado del término, y su alcance bíblico. Debido a que esta ignorancia está tan extendida, le resultará fácil a un predicador o maestro el defraudar con perversiones de este tema aun al pueblo de Dios.


Sólo hay una salvaguardia contra el error; estar confirmados en la fe; y para ello ha de haber estudio diligente y oración, y una recepción humilde de la asimilación de la Palabra de Dios, ya que algunos falsos maestros de la Biblia pervierten su presciencia con el fin de desechar su absoluta elección para vida eterna Sólo entonces seremos fortalecidos contra los ataques de aquellos que nos asaltan.


Cuando se expone el tema bendito y solemne de la predestinación, y el de la eterna elección por parte de Dios de ciertas personas para ser hechas conformes a la imagen de su Hijo, el enemigo envía algún hombre a contradecir que la elección se basa en la presciencia de Dios y esta “presciencia” se interpreta significando que previo que algunos serían más dóciles que otros, que responderían más prontamente a los esfuerzos del Espíritu, y que, debido a que Dios sabía que creerían, El, en consecuencia, los predestinó para salvación.


Pero tal declaración es radicalmente errónea. Repudia la verdad de la depravación total, ya que argumenta que hay algo bueno en algunos hombres. Quita a Dios su independencia, ya que hace que sus decretos descansen en lo que El descubre en la criatura. Trastorna las cosas completamente, ya que decir que Dios previo que ciertos pecadores creerían en Cristo, y que, en consecuencia, El los predestinó para salvación, es lo contrario a la verdad.


La Escritura afirma que Dios, en su absoluta soberanía, separó a algunos para que fueran recipientes de sus favores distintivos “Al oír esto, los gentiles se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron cuantos estaban designados para la vida eterna”. (Hech. 13:48), y, por tanto, determinó otorgarles el don de la fe.


La falsa teología hace del conocimiento previo que Dios tiene de nuestra fe la causa de su elección para salvación; mientras que la elección de Dios es la causa, y nuestra fe en Cristo es el efecto. Antes de seguir debatiendo este tema, hagamos una pausa y definamos los términos. ¿Qué quiere decir la palabra “presciencia”? “Conocer de antemano”, es la pronta respuesta de muchos. Pero no debemos juzgar precipitadamente, ni tampoco aceptar como definitiva la definición del diccionario, ya que esto no es un asunto de etimología del término empleado.


El uso que el Espíritu Santo hace de una expresión define siempre su significado y alcance. Lo que causa tanta confusión y error es el dejar de aplicar esta regla tan sencilla. Hay muchas personas que piensan conocer el significado de una palabra determinada usada en la escritura, pero que son reacias a poner a prueba sus suposiciones por medio de una concordancia. Ampliemos este punto.


Tomemos la palabra “carne”. Su significado parece ser tan obvio que muchos considerarán que el examinar sus varias conexiones en la Escritura es una pérdida de tiempo. Se supone precipitadamente que la palabra es un sinónimo del cuerpo físico, y no se procura indagar más. Pero, en realidad, la “carne” en la Escritura frecuentemente incluye mucho más de lo que es corporal. Sólo por medio de la comparación atenta de cada caso, y el estudio de cada contexto por separado, puede descubrirse todo lo que el término abarca.


Tomemos la palabra “mundo”. El lector de la Biblia imagina frecuentemente que esta palabra equivale a la raza humana, y, en consecuencias interpreta equivocadamente los pasajes en los que la misma aparece. Tomen la palabra “inmortalidad”. ¡Sin duda alguna, ésta no requiere estudio! Es obvio que hace referencia a la indestructibilidad del alma.


Cuando se trata de la Palabra de Dios, el dar por sentado algo sin comprobarlo es locura y error. Si ustedes se toman la molestia de examinar cuidadosamente cada pasaje en el que se encuentran las palabras “mortal” e “inmortal”, se dará cuenta que estas nunca se aplican al alma, sino al cuerpo.


Todo lo dicho acerca de “carne”, “mundo”, o “inmortalidad”, es aplicable con igual fuerza a los términos “conocer” y “preconocer” (conocer desde antes). Lejos de bastar con la simple suposición de que estas palabras no significan otra cosa que simple conocimiento, veremos que los diferentes pasajes en los que se encuentran requieren ser considerados cuidadosamente.


La palabra “preconocimiento” (traducida en la versión española por “conocer de antes") no se encuentra en el A.T., pero si que se da frecuentemente el término “conocer”. Cuando éste es usado en relación con Dios significa a menudo mirar con favor, comunicando, no un simple conocimiento, sino un afecto por el objeto mirado. “Te he conocido por tu nombre” (Exo. 33:17). “Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día que yo os conozco” (Deut. 9:24). “A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra” (Amós 3:2). En estos pasajes “conocer” significa amar o bien designar.


Asimismo en el N.T., se usa frecuentemente la palabra “conocer” en el mismo sentido que en el Antiguo. “Entonces yo les declararé: Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí, obradores de maldad!” (Mat. 7:23). “Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”. (Juan 10:14). “Pero si alguien ama a Dios, tal persona es conocida por él”. (1Cor. 8:3). “Conoce el Señor a los que son suyos” (2Tim. 2:19).


El término “Preconocer”, o “presciencia”, tal como se usa en el Nuevo testamento, es menos ambiguo que en su simple forma “conocer”. Si todos los pasajes en los que aparece son estudiados cuidadosamente, se descubrirá que es muy discutible que el término haga referencia a una simple percepción de eventos que han de tener lugar. En realidad, este término nunca es usado en la Escritura en relación con sucesos o acciones, sino que, por el contrario, siempre se refiere a personas. Dios “conoció por anticipado” a las personas, no a sus acciones. Para demostrarlo, citaremos los pasajes en los que se encuentra esta expresión.


El primero es hechos 2:23, donde leemos de Jesús: “Entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendísteis y matásteis por manos de inicuos, crucificándole”. Si nos fijamos con atención en las palabras de este versículo, veremos que el apóstol no estaba hablando del conocimiento anticipado de Dios del acto de la crucifixión, sino de la Persona crucificada: “este, entregado por…”, etc.


El segundo es en Rom. 8:29,30. “Porque a los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a estos también llamó.” Fíjense bien en el pronombre que se usa aquí. No es lo que, sino los que antes conoció. Lo que se nos muestra no es la sumisión de la voluntad, ni la fe del corazón, sino las personas mismas. “No ha desechado Dios a su pueblo, el cual antes conoció” (Rom. 11:22). Una vez más, la referencia es claramente a personas solamente.


La última cita es 1Ped. 1:2: “Elegidos según la presciencia de Dios Padre” ¿Quienes son ellos? El versículo anterior nos lo dice: la referencia es a los “extranjeros esparcidos”, es decir, la Diáspora, los judíos creyentes de la dispersión. Aquí, también, la referencia es a personas, no a sus hechos previstos. En vista de estos pasajes ¿qué base bíblica hay para decir que Dios “Previo” los hechos de algunos, a saber, su “arrepentimiento y fe”, y que, a causa de los mismos, los eligió para salvación? Absolutamente ninguna.


La Escritura jamás habla del arrepentimiento y la fe como algo previsto o preconocido por Dios. Es verdad que Dios conocía desde toda la eternidad que algunos se arrepentirían y creerían, pero la Escritura no se refiere a esto como objeto de la “presciencia” de Dios. El término se refiere invariablemente a Dios preconociendo a personas; así pues, “retengamos la forma de las sanas palabras” (2Tim. 1:13).


Otra cosa sobre la que deseamos llamar particularmente la atención es que los dos primeros pasajes citados, muestran de manera clara, y enseñan implícitamente, que la presciencia de Dios no es cautiva, sino que, detrás de ella precediéndola, hay algo más: su propio decreto soberano. Cristo fue “entregado por el (1) determinado consejo y (2) anticipado conocimiento de Dios” (Hech. 2:23). Su “consejo” o decreto fue la base de su anticipado conocimiento.

Asimismo en Romanos 8:29. Este versículo empieza con la palabra “porque”, lo cual nos habla de lo que precede inmediatamente. ¿Qué es, entonces, lo que dice el versículo anterior? “Todas las cosas les ayudan a bien... a los que conforme al propósito son llamados” Así pues, “el anticipado conocimiento” de Dios se basa en su “propósito” o decreto (véase Salmo 2:7)


Dios conoce por anticipado lo que será, porque él ha decretado que sea. Afirmar, por lo tanto que Dios elige porque preconoce es invertir el orden de la Escritura, es como poner el carro delante del caballo. La verdad es que preconoce porque ha elegido. Esto elimina la base o causa de la elección como algo de la criatura, y la coloca en la soberana voluntad de Dios.


Dios se propuso elegir a ciertas personas, no porque hubiera algo bueno en ellas, ni porque previera algo bueno en las mismas, sino solamente, a causa de su pura buena voluntad. El por qué escogió a éstos no lo sabemos; lo único que podemos decir es: “Así, Padre, porque así te agradó”. La verdad clara de Romanos 8:29, es que Dios, antes de la fundación del mundo, separó a ciertos pecadores y los escogió para salvación (2Tes. 2:13).


Esto se ve claro en las últimas palabras del versículo: los “predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo”, etc. Dios no predestinó a aquellos que él preveía que “eran hechos conformes...”, sino que, por el contrario, predestinó a aquellos a los que “antes conoció” (es decir, amó y eligió) “para que fuesen hechos conformes...”. Su conformidad a Cristo no es la causa, sino el efecto de la presciencia y predestinación de Dios.


Dios no eligió a ningún pecador porque viera que creería, por la razón sencilla pero suficiente, de que ningún pecador cree jamás hasta que Dios le da fe; de la misma manera que ningún hombre puede ver antes de que Dios le de la vista. Ya que la vista es el don de Dios, y ver es la consecuencia del uso de su don.


Asimismo, la fe es el don de Dios “Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe” (Efe. 2:8), y creer es la consecuencia del uso de este don. Si fuera cierto que Dios eligió a algunos para ser salvos porque a su debido tiempo éstos creerían, eso convertiría el creer en un acto meritorio, y, en este caso, el pecador tendría razón de jactarse, lo cual la Escritura niega enfáticamente, (Efe. 2:9).


En verdad la Palabra de Dios es suficientemente clara al enseñar que creer no es un acto meritorio. Afirma que los cristianos son aquellos que “por la gracia han creído” (Hech. 18:27). Por lo tanto, si han creído “por gracia”, no hay absolutamente nada meritorio, el mérito no puede ser la base o causa que movió a Dios a escogerlos.


No, la elección de Dios no procede de nada que haya en nosotros, o de nada que proceda de nosotros, sino únicamente de su propia y soberana buena voluntad. Una vez más, en Romanos 11:5, leemos de “un remanente escogido por gracia”. Ahí está suficientemente claro; la misma elección es por gracia, y gracia es favor inmerecido, algo a lo que no tenemos derecho alguno.


Precisamente, se ve la importancia para nosotros, de tener ideas claras y bíblicas sobre la presciencia de Dios. Quien no solamente conoció el final desde el principio, sino que planeó, fijó y predestinó todo desde el principio. Ya que, si ustedes son cristianos verdaderos, lo son porque Dios los escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, (Efe. 1:4), y lo hizo, no porque previo que creería, sino porque, simplemente, así le agradó hacerlo; te escogió a pesar de tu incredulidad natural.


Siendo así, toda la gloria y la alabanza le pertenece solo a El. No tienes base alguna para atribuirte ningún mérito. Has creído “por la gracia”, y eso porque tu misma elección fue “de gracia” (Rom. 11:5).


Evidencia Bíblica de Elección:


Deuteronomio 29:4: ¡Pero hasta el día de hoy, el Señor no te ha dado mente para comprender ni ojos para ver ni oídos para oír!


Deuteronomio 7:6-10: Pues tú eres un pueblo santo porque perteneces al Señor tu Dios. De todos los pueblos de la tierra, el Señor tu Dios te eligió a ti para que seas su tesoro especial. 7 »El Señor no te dio su amor ni te eligió porque eras una nación más numerosa que las otras naciones, ¡pues tú eras la más pequeña de todas! 8 Más bien, fue sencillamente porque el Señor te ama y estaba cumpliendo el juramento que les había hecho a tus antepasados. Por eso te rescató con mano poderosa de la esclavitud y de la mano opresiva del faraón, rey de Egipto. 9 Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos. 10 Pero no duda en castigar ni en destruir a quienes lo rechazan.


Deuteronomio 9:5: No es porque seas tan bueno o porque tengas tanta integridad que estás a punto de poseer la tierra de ellas. El Señor tu Dios expulsará a esas naciones de tu paso a causa de la perversidad de ellas y para cumplir el juramento que les hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


Isaías 45:4: ¿Por qué te he llamado para esta tarea? ¿Por qué te llamé por tu nombre, cuando no me conocías? Es por amor a mi siervo Jacob, Israel, mi escogido.


1 Pedro 1: 1-2: Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos de Dios, exiliados dispersos por las provincias del Ponto, de Galacia, de Capadocia, de Asia y de Bitinia, 2 que han sido elegidos según la presciencia de Dios el Padre por la obra santificadora del Espíritu, Para ser obedientes a Jesucristo y rociados con su sangre: La gracia y la paz sean tuyas en abundancia.


Marcos 13:20: De hecho, a menos que el Señor acorte ese tiempo de calamidad, ni una sola persona sobrevivirá; pero por el bien de los elegidos, él ha acortado esos días.


Juan 1:13: Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.


Mateo 24:22, 24, 31: "Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo, pero por el bien de los escogidos, aquellos días serán acortados. 24 Porque aparecerán mensajeros falsos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios para engañar, si es posible, a los elegidos. 31 Y enviará a sus ángeles con voz de trompeta, y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro. (Marcos 13: 20,22,27 dicen lo mismo)


Juan 6:44: "Nadie puede venir a mí a menos que el Padre que me envió no le trajere, y yo los levantaré en el último día.


Juan 6:37: Todo lo que el padre me da, vendra a mi; y al que a mi viene, no lo echo fuera.


Juan 6:65: Entonces les dijo: «Por eso dije que nadie puede venir a mí a menos que el Padre me lo entregue


Juan 15:16: Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Les encargué que vayan y produzcan frutos duraderos, así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre.


Juan 17:2: Pues le has dado a tu Hijo autoridad sobre todo ser humano. Él da vida eterna a cada uno de los que tú le has dado.


Hechos 2:39: Esta promesa es para ustedes, para sus hijos y para los que están lejos, es decir, para todos los que han sido llamados por el Señor nuestro Dios.


Hechos 16:14: Una de ellas era Lidia, de la ciudad de Tiatira, una comerciante de tela púrpura muy costosa, quien adoraba a Dios. Mientras nos escuchaba, el Señor abrió su corazón y aceptó lo que Pablo decía.


Lucas 18:7: ¿Y no hará Dios justicia para sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardara en responderles?


Romanos 8:33: ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.


Mateo 22:14: "Porque muchos son invitados, pero pocos son escogidos."


2 Timoteo 2:10: Por tanto, todo lo soporto por amor de los elegidos, para que también ellos obtengan la salvación que es en Cristo Jesús, con gloria eterna.


Hechos 13:48: Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y honraron la palabra del Señor; Y todos los que fueron designados para vida eterna creyeron.


Romanos 8:28-30: Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. 29 Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor de muchos hermanos. 30 Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria.


Romanos 9:10-24: Ese hijo fue nuestro antepasado Isaac. Cuando se casó con Rebeca, ella dio a luz mellizos. 11 Sin embargo, antes de que nacieran, antes de que pudieran hacer algo bueno o malo, ella recibió un mensaje de Dios. (Este mensaje demuestra que Dios elige a la gente según sus propósitos; 12 él llama a las personas, pero no según las buenas o malas acciones que hayan hecho). Se le dijo: «Tu hijo mayor servirá a tu hijo menor». 13 Como dicen las Escrituras: «Amé a Jacob, pero rechacé a Esaú»14 ¿Estamos diciendo, entonces, que Dios fue injusto? ¡Por supuesto que no! 15 Pues Dios le dijo a Moisés: «Tendré misericordia de quien yo quiera mostraré compasión con quien yo quiera»16 Por lo tanto, es Dios quien decide tener misericordia. No depende de nuestro deseo ni de nuestro esfuerzo. 17 Pues las Escrituras cuentan que Dios le dijo al faraón: «Te he designado con el propósito específico de exhibir mi poder en ti y dar a conocer mi fama por toda la tierra». 18 Así que, como ven, Dios decide tener misericordia de algunos y también decide endurecer el corazón de otros para que se nieguen a escuchar. 19 Ahora bien, ustedes podrían decir: «¿Por qué Dios culpa a las personas por no responder? ¿Acaso no hicieron sencillamente lo que él les exige que hagan?». 20 No, no digan eso. ¿Quién eres tú, simple ser humano, para discutir con Dios? ¿Acaso el objeto creado puede preguntarle a su creador: «¿Por qué me has hecho así?»? 21 Cuando un alfarero hace vasijas de barro, ¿no tiene derecho a usar del mismo trozo de barro para hacer una vasija de adorno y otra para arrojar basura? 22 De la misma manera, aunque Dios tiene el derecho de mostrar su enojo y su poder, él es muy paciente con aquellos que son objeto de su enojo, los que están destinados para destrucción. 23 Lo hace para que las riquezas de su gloria brillen con mucha más intensidad sobre aquellos a quienes les tiene misericordia, los que preparó de antemano para gloria. 24 Y nosotros estamos entre los que él eligió, ya sea del grupo de los judíos o de los gentiles.


Proverbios 16:4: El Señor lo ha hecho todo para sí mismo; ¡hasta el impío está hecho para el día fatal!


Romanos 11:5-8: Lo mismo sucede hoy, porque unos cuantos del pueblo de Israel han permanecido fieles por la gracia de Dios, es decir, por su bondad inmerecida al elegirlos; 6 y como es mediante la bondad de Dios, entonces no es por medio de buenas acciones. Pues, en ese caso, la gracia de Dios no sería lo que realmente es: gratuita e inmerecida. 7 Así que la situación es la siguiente: la mayoría del pueblo de Israel no ha encontrado el favor de Dios que tanto busca. Unos cuantos sí lo han encontrado —los que Dios ha elegido—, pero el corazón de los demás fue endurecido. 8 Como dicen las Escrituras: «Dios los hizo caer en un sueño profundo. Hasta el día de hoy, les ha cerrado los ojos para que no veany les ha tapado los oídos para que no oigan».


1 Tesalonicenses 1: 4: Porque nosotros sabemos, hermanos y hermanas amados por Dios, que os ha escogido,


2 Pedro 1:10: Por lo tanto, mis hermanos y hermanas, hacen todo lo posible para confirmar su vocación y elección. Porque si usted hace estas cosas, no caeréis jamás


Efesios 1:3-4: Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en los reinos celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. 4 Según nos escogió en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia


Juan 15:16: No me escogisteis, sino que os escogí y os nombré para que vayáis a dar fruto


Juan 15:19: Si pertenecieras al mundo, te amaría como si fuese suyo. Como es, tú no perteneces al mundo, sino que te he elegido fuera del mundo. Por eso es que el mundo te odia


Apocalipsis 13: 8: Y adoraron a la bestia todos los que pertenecen a este mundo cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida antes de la creación del mundo, el libro que le pertenece al Cordero, que fue sacrificado.


1 Timoteo 5:21: Te ordeno solemnemente, en presencia de Dios y de Cristo Jesús y de los ángeles altísimos, que obedezcas estas instrucciones sin tomar partido ni mostrar favoritismo por nadie.


Colosenses 3:12: Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia.


Romanos 10:20: Luego Isaías habló audazmente de parte de Dios y dijo: Me encontraron personas que no me buscaban. Me mostré a los que no preguntaban por mí.


Romanos 11:5: Lo mismo sucede hoy, porque unos cuantos del pueblo de Israel han permanecido fieles[a] por la gracia de Dios, es decir, por su bondad inmerecida al elegirlos;


Romanos 11:28: Muchos del pueblo de Israel ahora son enemigos de la Buena Noticia, y eso los beneficia a ustedes, los gentiles. Sin embargo, ellos todavía son el pueblo que Dios ama, porque él eligió a los antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


2 Tesalonicenses 2:13: En cuanto a nosotros, no podemos más que agradecerle a Dios por ustedes, queridos hermanos, amados por el Señor. Siempre estamos agradecidos de que Dios los eligió para que estén entre los primeros en experimentar[a] la salvación, una salvación que vino mediante el Espíritu —quien los hace santos— y por creer en la verdad.


2 Corintios 4:6: Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo.


Juan 6:44: Pues nadie puede venir a mí a menos que me lo traiga el Padre, que me envió, y yo lo resucitaré en el día final.


Juan 6:37: Sin embargo, los que el Padre me ha dado vendrán a mí, y jamás los rechazaré.


Efesios 2:8-10: Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. 9 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. 10 Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.


2 Corintios 13:5: Examínense para saber si su fe es genuina. Pruébense a sí mismos. Sin duda saben que Jesucristo está entre ustedes; de no ser así, ustedes han reprobado el examen de la fe genuina.


Que es elección?


Respuesta: Es la bondad de Dios revelada en su gracia al escoger a ciertos pecadores para la salvación


¿Qué podría hacer la doctrina de la elección para nosotros prácticamente en nuestras vidas? ¿Cómo afecta esto a su manera de vivir?


Efesios 1:1-10: Yo, Pablo, elegido por la voluntad de Dios para ser apóstol de Cristo Jesús, escribo esta carta al pueblo santo de Dios en Éfeso, fieles seguidores de Cristo Jesús. 2 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz. 3 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. 4 Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. 5 Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. 6 De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado. 7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. 8 Él desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento. 9 Ahora Dios nos ha dado a conocer su misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado para cumplir el buen propósito de Dios. 10 Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra. 11 Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan.


Efesios 3:14-19: Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, 15 el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. 16 Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. 17 Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. 18 Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. 19 Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios.


Rut 2:10: Entonces Rut cayó a sus pies muy agradecida. —¿Qué he hecho para merecer tanta bondad? —le preguntó—. No soy más que una extranjera.


Respuesta: Trae humildad - Me humilla, y glorifica a Dios para entender que no tengo nada que ver con el por qué Dios me eligió. Por lo tanto, yo respondo con una dedicación de mí mismo a Él por amor, devoción y gratitud. Le debo todo.


Éramos muertos ya vivos:


Efesios 2:1-10: Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. 2 Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. 3 Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás. 4 Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto 5 que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!) 6 Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús. 7 De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús. 8 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. 9 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. 10 Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.


Él creó obras para que yo haga:


Esta doctrina de la elección también nos trae significado y propósito. Nuestro significado no se encuentra en nosotros mismos, nuestras habilidades, o nuestras posesiones. Se encuentra en Dios. Debido a que Dios nos escogió desde la eternidad pasada, Él también nos dio un propósito. Hemos sido salvados por la gracia, y son obra de Dios? ¿Por qué? Por las buenas obras que Dios preparó para nosotros antes. Así, Dios, en Su infinita misericordia y sabiduría, nos escogió en Cristo antes de que comenzara el tiempo, y otra vez antes de que comenzara el tiempo, preparó para nosotros cosas que hacer en Su servicio. Si esto no proporciona significado y propósito a nuestras vidas, entonces ¿qué hace?


La doctrina de la elección, entonces, no es una doctrina que se debe temer, odiar o malinterpretar. Para un cristiano, debe traer humildad, significado y propósito, seguridad, devoción y adoración a Dios, por medio de Jesucristo, en el poder del Espíritu Santo.

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